Haze mucho tiempo, en distintos barrios de Madrid, unos kuantos chavales empezaban a dar síntomas de rebeldía e inkietud. 
   Empezaron a juntarse en El Álamo, un pueblecito de Madrid y pasaban los días de verano montando en bici, jugando al futbolin, a las chapas, charlando sentados en un bordillo a la sombra,...


           ...kuando komprendimos ke no duraría para siempre... 

           ...teníamos ke pensar en nuestro futuro...

           ...estudiar no servía para nada... (a nosotros no)
                                        
                         ...así surgió el...

  ...de repente un buen día alguien vio ke se iba a organizar un torneo de futbol sala en El Alamo y dijimos, porque no. Así que nos apuntamos.
   El primer año lo pasamos de maravilla. Acudíamos a todos los partidos y entregábamos todo lo ke teníamos. Era inútil. Perdíamos todos los partidos no sin ofrecer una gran resistencia (15-1, 21-3...) pero lo pasábamos bien.
    Año tras año nuestra fama empezó a crecer en el territorio y después de un tiempo conseguimos atraer a mas espectadores ke ningún otro ekipo de la liga.
   Nuestro sistema de juego era siempre el mismo, desconcertar al enemigo con chorradas de las ke todos los espectadores se partían y aplaudían.
   Hasta ke un buen día nos dimos cuenta de cual era la manera de poder ganar partidos. Nos teníamos que jugar una caja de botellines (Mahou, está claro) y dicho y hecho. 
   En los partidos de liga no podíamos jugarnos nada, pero al día siguiente jugábamos otro partido contra el mismo ekipo y POR FIN, ganábamos una caja de botellines, la cual invitábamos a los contrarios a beber de ella.
  Así fue como el Inter Tripi empezó a cosechar sus primeros triunfos.
  Años más tarde nos propusimos crear un ekipo de baloncesto y ahí si ke dimos la campanada.
  La gente creía ke iba a ser más de lo mismo ke en futbol, pero no fue así. En los años sucesivos conseguimos varias finales, otras tantas semifinales y dos Copas. 

Y a día de hoy, hacemos lo que podemos. Casi todos cuarentones, pero con más energia que nunca. 

O al menos ganas le hechamos.